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Ya utilizas cosmética fresca y tú sin saberlo.

Ya utilizas cosmética fresca y sin saberlo.

¿Zumo de naranja natural o procesado? ¿Cuál crees que será mejor para tu salud? Cuando hablamos de la comida, lo tenemos claro. Y ¡felicidades! Porque tú también lo tienes claro en lo que a cosmética se refiere. Y por eso, todos los productos de Amapola son cosmética fresca.

Cuando compras un zumo de naranja natural te dura menos en la nevera que uno procesado, ¿verdad? Pero lo prefieres si buscas llevar una alimentación lo más sana posible. Pues lo mismo sucede con la cosmética natural ecológica. Y por eso, todos los productos de Amapola son cosmética fresca.

Y es que cuanto más fresca es la cosmética, mayor cantidad de principios activos en sus ingredientes. Y, como ya te imaginarás, esto tiene muchos beneficios para tu bienestar.

Ahora, teniendo esto en cuenta, puedes pensar que la cosmética natural dura menos una vez que la abres. Porque a mayor frescura, más rápido es su proceso de oxidación.

¿Es esto cierto? Nuestra respuesta sería sí y no. Déjanos explicarte.

Si buscas que tu cosmética sea eficaz, entonces necesitas aplicarte tus cosméticos antes de la fecha de caducidad que viene en el envase.

Y es que utilizarlos dentro de ese período de consumo preferente es lo que nosotros siempre recomendamos si quieres asegurarte la máxima eficacia. La razón es que durante ese tiempo los principios activos conservan todas sus propiedades.

Es cierto que cuanto más fresca sea la cosmética, menor será la fecha de caducidad, como sucede con el zumo de naranja natural cuando lo tienes en la nevera.

Pero por otro lado, cuanto más fresca es, menos ingredientes conservantes lleva y, por tanto, más calidad en sus principios activos.

¿Qué es la cosmética fresca?

La cosmética fresca es aquella elaborada con ingredientes vivos que alimentan nuestra piel igual que una manzana alimenta nuestro organismo.

Cuando aplicamos cosmética fresca sobre nuestra piel, estamos alimentándola, aportándole todos los activos que contienen las plantas.

Y, por eso, lo que come tu piel es importante para tu bienestar global.

De hecho, ¿qué te viene a la cabeza a ti cuando lees cosmética fresca?

Después de leer hasta aquí, probablemente el olor a hierba después de la lluvia o el de un buen zumo de naranja recién exprimido.

Y es que, como te comentábamos, esto no está muy lejos del concepto real de cosmética fresca. Porque cuando aplicas cosmética fresca sobre tu piel, estás alimentándola, aportándole todos los activos que contienen las plantas.

Igual que nosotros nos nutrimos de alimentos vegetales recién recolectados, nuestra piel también se puede nutrir de aceites vegetales de primera presión en frío que pueden llegar a nuestra piel con el rocío todavía en sus semillas.

Que ¿cómo se consigue esto? Está claro que la piel no puede masticar y digerir un componente vegetal, pero sí puede absorber y nutrirse de partes de estos alimentos adecuadamente tratados.

Te ponemos un ejemplo: la piel no puede nutrirse con una almendra pero sí puede absorber el aceite vegetal extraído de la almendra. Este sí sería un alimento fresco para la piel, siempre que ese aceite llegue «vivo» cuando lo aplicamos.

Es decir, ese cosmético, elaborado con el aceite vegetal obtenido de la almendra recién recolectada, sería un cosmético fresco. La razón es que procede de un organismo vivo y cuando está presente en tu cosmética llega a tu piel con todas sus propiedades y nutrientes.

Entonces, la cosmética fresca sería aquella elaborada principalmente con ingredientes vegetales vivos.

Como ya te imaginarás, todo lo que está vivo tiende a envejecer y estropearse y hay que tener mucho cuidado con los ingredientes que elegimos. Por eso, tras más de 20 años de trayectoria de Amapola, podemos decir que elaborar cosmética fresca no es tarea fácil. Nuestro objetivo siempre es que los ingredientes con los que formulamos nuestros cosméticos estén en todo su esplendor, con todas sus propiedades y sin haber perdido ningún nutriente por el camino.

Nuestros 5 secretos mejor guardados para elaborar cosmética fresca:

  1. Elegimos ingredientes que conserven sus propiedades y, por tanto, mínimamente procesados.

Esto es principal, si queremos que el ingrediente llegue «vivo» al cosmético, tenemos que elegir aquellos ingredientes que hayan sido lo menos procesados posible.

Si hablamos de aceites vegetales estos tienen que ser de primera presión en frío, es decir, que solamente hayan sido prensado el fruto o la semilla y haya sido filtrado, nada más. Si empezamos con procesos de desodorización, decoloración, etc., el aceite irá perdiendo nutrientes y sí, durará más, tardará más en enranciarse, pero no aportará los nutrientes que la piel necesita.

  1. De la huerta al cosmético: trabajamos con productores cercanos.

Cuanto más cercano el productor menos cadena de transporte y más rapidez en la utilización del ingrediente en el cosmético.

En Amapola utilizamos ingredientes de productores cercanos. Así, además de acortar la cadena de suministro, estamos potenciando el comercio de proximidad y, por tanto, reduciendo al mínimo el consumo energético generado por toda la cadena de transporte.

  1. Creamos fórmulas inteligentes para conseguir más con más.

Si te fijas, nuestras fórmulas contienen porcentajes elevados de aceites y extractos vegetales, por eso aparecen en los primeros puestos en el listado de ingredientes o INCI (si quieres saber cómo leer un INCI, hace poco hicimos un directo en Instagram para contarlo; puedes verlo haciendo clic aquí).

Ya sabes que los ingredientes se listan en orden decreciente según la cantidad que el producto contenga de cada uno; es decir, el primer ingrediente que aparece en la lista es el que se encuentra en mayor cantidad en el producto. Y esto es así con todos los productos de cosmética, no solo con la cosmética natural.

En Amapola no escatimamos: formulamos pensando ya en todas las propiedades que estos ingredientes vivos van a aportar a cada tipo de piel.

Elegimos adecuadamente las mezclas de los aceites vegetales ecológicos de primera presión en frío que, combinados, van a formar esa receta perfecta de nutrientes que justo necesita tu piel.

  1. Fabricamos lotes pequeños: cuanto más pequeños, más frescos.

Si queremos hacer cosmética fresca no podemos hacer lotes grandes que estén almacenados durante mucho tiempo porque los ingredientes vivos comenzarán a deteriorarse y el cosmético ya no aportará todos los nutrientes necesarios.

En Amapola lo sabemos y por eso fabricamos lotes pequeños que están poco tiempo almacenados. De esta manera conseguimos que el cosmético te llegue recién fabricado, fresco y en las mejores condiciones para su aplicación.

  1. De nuestros distribuidores a tu piel: distribuimos nuestros productos de forma rápida y directa.

El tiempo transcurrido desde la recolección del ingrediente hasta que tú te aplicas el cosmético debe ser corto. Por eso, una distribución sin muchos intermediarios disminuye estos tiempos.

En Amapola trabajamos para disminuir estos tiempos de entrega que, además de un ahorro de tiempo, suponen también una disminución del gasto energético.

Si puedes comprar directamente al fabricante mucho mejor para ti y para el planeta.

¿Hasta cuándo puedes utilizar tus productos cosméticos con todas sus propiedades?

Como señalábamos antes, todo lo vivo tiende a envejecer y estropearse con el tiempo. Y es cierto, en la cosmética fresca esto también sucede. Con el tiempo los ingredientes van perdiendo sus propiedades. Los aceites vegetales tienden a enranciarse y entonces puede aparecer un olor diferente en el cosmético.

Los aceites esenciales pierden su olor, como una flor que se marchita, y tenemos que saber hasta cuándo podemos utilizar ese cosmético con todas sus propiedades.

Esta es la parte menos bonita. Y, por esto mismo, nuestros cosméticos también tienen una fecha de caducidad.

En cada producto está indicada la fecha de caducidad, es decir, la fecha en la que ese cosmético se puede utilizar con la garantía de conservar todas sus propiedades. A partir de esa fecha si notas algún olor diferente o algún cambio en su textura, es mejor que no lo utilices.

Pero no te preocupes, tienes tiempo de sobra para utilizarlo. La mayoría de nuestros cosméticos tienen unas fechas de caducidad de entre 16-20 meses desde su fecha de fabricación, con lo que tienes mucho tiempo para utilizarlos en perfecto estado.

Si te gusta cuidarte de una manera natural y al mismo tiempo eres exigente con la cosmética que utilizas porque quieres que sea eficaz, déjanos decirte que tienes buen criterio. Y te animamos a que sigas alimentando tu piel con cosmética fresca, recién elaborada y pensada para ti.

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